24 de julio de 2019 (San Juan, PUERTO RICO) – El gobernador de Puerto Rico Ricardo Rosselló renunció hoy, la culminación de más de una semana de continuas protestas en la Isla. Todos los sectores de la sociedad puertorriqueña unidos en el intento de sacar a Rosselló. Más del 10% de la población marchó por las calles de San Juan el 17 de julio, y más de 14% el 22, con otro día de protesta nacional masiva programada para el jueves 25 de julio – una verdadera revolución si fuera a ocurrir en cualquiera de los 50 estados unidos. Nada como esto ha ocurrido en la memoria viviente.
El llamado a la renuncia de Rosselló surgió no solo de las uniones, organizaciones de derechos de la mujer, estudiantes y grupos de la sociedad civil, pero de miembros de todos los partidos políticos, exgobernadores, representantes al Congreso de Estados Unidos, una asociación de policías, puertorriqueños de las fuerzas armadas destacados en el extranjero, y el sector privado.
El chat también apuntó a posibles prácticas corruptas de contratación
Puerto Rico ha estado en caos desde el 13 de julio cuando el Centro de Periodismo Investigativo divulgó una serie de mensajes de un chat de 889 páginas entre el gobernador Rosselló y su círculo cercano, en los cuales lograron insultar virtualmente a toda la población con comentarios misóginos y homofóbicos, un chiste sobre los cadáveres acumulados después del huracán María, así como burlas dirigidas a periodistas, artistas, políticos y prominentes miembros de la sociedad puertorriqueña. El chat también reveló el compartir de información confidencial del gobierno con cabilderos y apuntó a posibles prácticas corruptas de contratación. Lo último no sería sorpresa dado los arrestos por cargos de corrupción y fraude realizados por el FBI esa misma semana a seis personas, incluyendo la exsecretaria de Educación y exjefa de la Administración de Seguros de Salud. El secretario de Hacienda fue despedido también después de referirse a su departamento como una “mafia institucional”.
NO ES TAN SOLO LOS CHATS. No es tan solo los recientes arrestos. No es si quiera el pobre manejo de la respuesta al huracán María. Rosselló ofreció a Puerto Rico ninguna salida, ninguna ruta – solamente fracaso disfrazado de retórica y auto repartos, y tráfico de influencias a plena luz del día.
El gobernador ha presidido sobre el diezmado sistema de educación pública (la arrestada exsecretaria de Educación cerró casi 400 escuelas e introdujo agresivamente las escuelas chárteres), recortes a la Universidad de Puerto Rico, recortes a las pensiones, y la privatización de los principales servicios públicos, incluyendo los esfuerzos en curso para privatizar la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
Además, en conjunto con la Junta de Control Fiscal para Puerto Rico (impuesta por el Congreso de Estados Unidos en 2015 para supervisar la reestructuración de la deuda pública de $72 mil millones de Puerto Rico, además de las obligaciones de pensión), la administración Rosselló ha participado en la negociación de varios recientes acuerdos de bonos que la Isla no puede pagar.
Las consignas de esta semana en las calles han demostrado la ira del público con todos estos insultos: “¡Ricky renuncia! ¡Y llévate la Junta!; “Esa deuda es ilegal, no la vamos a pagar!”, “¿Dónde está Ricky? Ricky no está aquí. Ricky está vendiendo lo que queda del país”.
Pero no es solo la historia reciente la que ha llevado a la gente a tomar las calles. Aún la forzada renuncia de Rosselló a petición popular – tan histórico y sin precedente, y poderoso evento como es – no acaba la corrupción en Puerto Rico de la noche a la mañana. Después de todo, departamentos completos del gobierno no se convierten en “mafia institucional” también de la noche a la mañana.
En los primeros años del dominio norteamericano, la industria doméstica del café de Puerto Rico fue destruida
ES IMPOSIBLE ENTENDER LA CORRUPCIÓN EN PUERTO RICO SIN MIRAR A SU LARGA RELACIÓN COLONIAL CON LOS ESTADOS UNIDOS. La corrupción data del gobierno militar estadounidense y los primeros gobernadores, funcionarios no electos nombrados por el presidente de Estados Unidos, a menudo en respuesta a favores políticos o contribuciones de campaña y sin conocimiento del español, mucho menos de la gente bajo su gobernanza. En los primeros años del dominio norteamericano, la industria doméstica del café de Puerto Rico fue destruida y suplantada por las plantaciones de azúcar impuestas por Washington. El primer gobernador de Puerto Rico, Charles Allen (1900-1901), ni siquiera se molestó con finalizar su término antes de comenzar la American Sugar Refining Company. El gobernador Montgomery Reily (1921-1923) fue un donante significativo del presidente Warren Harding y más tarde acusado de malversación de fondos públicos.
La cultura de la corrupción persistió aun cuando Puerto Rico hizo la transición a gobernadores electos democráticamente en 1948. La continua dependencia económica del capital de Estados Unidos, así como un sector público grande, creó muchas oportunidades para que puertorriqueños ambiciosos se enriquecieran usando posiciones públicas para dirigir contratos para sí y sus amistades.
Un gran ejemplo de este sistema de paga por jugar se puede ver en la lenta, corrosiva influencia de la corrupción en la Autoridad de Energía Eléctrica – ahora en bancarrota y físicamente devastada, aunque una vez considerada la corona de la efectividad de la administración pública, llevando electricidad a lugares remotos de la Isla que compañías privadas habían descuidado servir.
Con el tiempo, los políticos de ambos partidos han asegurado sus propios nombramientos políticos en la AEE, a menudo sin considerar las cualificaciones. Esos nombramientos – ahora en los cientos – están ahí para recaudar fondos (en parte mediante contratación favorecida) y para implementar los proyectos de energía preferidos de cual fuera el partido en el poder.
Un informe investigativo de la Junta de Supervisión Fiscal apuntó que la AEE es supuestamente una de las mayores fuentes de recaudación política en la Isla. En la última década y media, la AEE ha comenzado y abandonado dos proyectos de gasoducto y terminal de gas natural, mientras generaba menos del 2% de su electricidad de la energía solar a pesar de su excelente ubicación caribeña. La AEE también ha sido demandada por un escandaloso contrato de miles de millones de dólares de combustible, en el cual los clientes de la Autoridad sobre pagaron por combustible de baja calidad, probablemente por más de una década. Cuando acuerdos políticos toman prioridad sobre la planificación energética y cuando las ganancias de las tarifas eléctricas se ven como una fuente ilimitada de fondos para generar otros subsidios motivados por política, el resultado es un sistema eléctrico en ruina física y financiera. La propiedad pública – si no es democráticamente responsable – resulta ser solo otra estructura de la cual robar a ciudadanos comunes.
¿Quién se ha lucrado de todo esto? Por supuesto, políticos puertorriqueños ambiciosos se han beneficiado política y financieramente de la corrupción. Pero los verdaderos ganadores han estado fuera de la isla, intereses norteamericanos. En los primeros años eran intereses industriales, primero en la industria azucarera. Entonces vinieron las compañías petroleras que mantuvieron una presencia poderosa. Ahora son intereses financieros – en particular bufetes de abogados, asesores financieros, auditores y otros consultores que se lucraron de acuerdos que ayudaron a colocar a Puerto Rico en una crisis de endeudamiento enorme y ahora se lucran de introducir la próxima fase.
En menos de dos años, la misma JSAF ha pagado $57 millones a la firma de consultoría en gerencia McKinsey,
LA AEE, POR EJEMPLO, HA GASTADO CASI $150 MILLONES EN HONORARIOS LEGALES Y ASESORES FINANCIEROS DESDE QUE SE FUE A LA QUIEBRA EN 2014 – pagado por el pueblo de Puerto Rico. Y estos expertos de Estados Unidos continentales no han producido una solución para transformar la utilidad en una empresa viable. ¿Cómo fueron seleccionados estos consultores? ¿Quién sabe? Durante el mismo tiempo, la AEE ha perdido más del 15% de sus empleados, mientras su gerencia y la Junta de Supervisión y Administracion Financiera (JSAF) continuó empujando recortes a los beneficios médicos y pensiones de los empleados. En menos de dos años, la misma JSAF ha pagado $57 millones a la firma de consultoría en gerencia McKinsey, de nuevo, pagado por el pueblo de Puerto Rico. Estos abogados y consultores financieros son particularmente perniciosos porque no tienen un incentivo real para arreglar los problemas – si Puerto Rico se va a la bancarrota de nuevo, todo el ciclo de cobro de honorarios empieza de nuevo.
Hay muchos miembros en el “club de chicos” políticos de la Isla que pueden reemplazar a Ricardo Rosselló y su gabinete menguado sin terminar la corrupción sistemática del gobierno puertorriqueño. Los retos por delante para el pueblo puertorriqueño son forzar que un nuevo gobierno traiga monitores independientes que puedan desarraigar la corrupción con regularidad, demandar la democratización de instituciones afectadas, mantener sus instituciones públicas bajo propiedad pública que sea en efecto responsable, y finalmente cambiar la relación fundamentalmente colonial con los Estados Unidos.
La revolución pacífica que se lleva a cabo en Puerto Rico no puede simplemente terminar con sacar a Ricardo Rosselló. Y no lo hará – aunque el movimiento actual se calme, algo nuevo se está forjando en Puerto Rico. Tomará tiempo para que las consecuencias se revelen, y el camino no será linear, pero Puerto Rico nunca será el mismo después de estas semanas excepcionales de julio de 2019.
Cathy Kunkel ([email protected]) es una analista energética de IEEFA.
Comentario original: IEEFA Puerto Rico: The current unrest culminates a long history of debt and corruption
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