Los residentes y organizaciones comunitarias de Puerto Rico han seguido instalando nuevos sistemas de energía solar para obtener el vital suplido de energía eléctrica.
Los esfuerzos por parte de la Junta de Supervisión Fiscal (FOMB, por sus siglas en inglés) para desmantelar la medición neta y la presión ejercida por New Fortress Energy para venderle más gas natural a la isla amenazan con desmantelar las soluciones de energía renovable en Puerto Rico.
La cantidad de gas que New Fortress dice tener la "oportunidad" de vender en Puerto Rico superaría la generación actual de energía de la isla, la cual se predice que disminuya con el tiempo.
Aunque la energía solar instalada en los techos ha sido una destacada historia de éxito en Puerto Rico durante los últimos años, el futuro energético de la isla sigue siendo objeto de intensas disputas.
La buena noticia es que la energía solar instalada en los techos ha crecido dramáticamente en Puerto Rico en los siete años que han pasado desde que el huracán María causó estragos en el sistema eléctrico de la isla. De contar con 8,000 instalaciones en los techos en 2017, ahora hay más de 117,000 (casi un 10 % de los hogares) con una capacidad de generación combinada de 813 megavatios (MW). Las nuevas instalaciones se suman a un ritmo de más de 3,000 al mes, en su gran mayoría sin obtener subvención alguna.
Los residentes y organizaciones comunitarias de Puerto Rico han asumido la responsabilidad de instalar nuevos sistemas de energía solar para obtener el vital suplido de energía eléctrica. Estos esfuerzos son necesarios con urgencia debido a que la amplia variedad de entidades federales, locales y privadas que supuestamente son responsables del sistema eléctrico de Puerto Rico han fallado: actualmente el sistema es más frágil y menos confiable de lo que era antes del huracán María.
El impulso a las energías renovables en Puerto Rico está expuesto en las leyes, cuenta con la certificación de la Junta de Supervisión Fiscal (FOMB) en presupuestos previos y fue aprobado a través de un riguroso proceso de planificación por parte del Negociado de Energía de Puerto Rico. Este consenso se construyó a través de arduos esfuerzos para unir a las organizaciones. La Autoridad de Energía Eléctrica está en quiebra y sigue sin poder balancear su presupuesto. El año pasado, la compra de energía y combustible (gasolina, diésel, carbón y gas) represento el 71 % de su presupuesto. Las energías renovables son esenciales para estabilizar los costos y poder balancear el presupuesto.
Sin embargo, actualmente, las dos más grandes amenazas a las energías renovables en Puerto Rico son: (1) los esfuerzos de la FOMB para desmantelar la medición neta y (2) el agresivo empuje por parte de New Fortress Energy (el operador privado del sistema de generación que fue seleccionado en circunstancias cuestionables) para venderle más gas natural a la isla.
De acuerdo con la ley de Puerto Rico, se establecía que la medición neta (la medida a través de la que los clientes residenciales de energía solar pueden recibir un crédito equivalente al costo minorista de la electricidad exportada a la red) debería estar vigente hasta el año 2024, y en ese momento el Negociado de Energía llevaría a cabo un estudio acerca de los efectos de dicha política, con la opción de implantar cambios. A fines de 2023, la legislatura extendió la vigencia de la medición neta hasta el año 2030 y el gobernador Pierluisi firmó la ley en enero de 2024.
En la ley se reconoce la importancia de la estructura existente de medición neta para fomentar la posibilidad de que los propietarios de hogares y negocios paguen por las instalaciones de energía solar en sus techos. La disposición hace énfasis en que instalar energía solar en los techos con almacenaje actualmente es la única manera en que las familias y los negocios pueden protegerse ante una red eléctrica que continuamente es inestable y frágil.
Sin embargo, en abril y una vez más en mayo, la FOMB le dejó saber al gobierno de Puerto Rico que esta nueva ley no era cónsona con el plan fiscal aprobado. La junta argumentó que la nueva ley constituía interferencia política en las operaciones del sistema eléctrico y no estaba fundamentada en un análisis fiscal sólido. Resulta claro al ver las cartas de la junta y el plan fiscal anterior que a la FOMB le gustaría que se debilitara la medición neta.
Sin embargo, las cartas del asesor legal principal y el director ejecutivo de la FOMB dejan de lado el aspecto fundamental detrás del gran incremento de la energía solar instalada en los techos en Puerto Rico. El público está instalando paneles solares por su cuenta porque después de casi ocho años del establecimiento de la FOMB, ninguna de las autoridades responsables ha podido mantener un suplido adecuado de electricidad para los residentes y negocios de Puerto Rico.
De acuerdo con datos oficiales del gobierno de Puerto Rico, 2,975 personas murieron como consecuencia del huracán María en el año 2017. La respuesta de la FOMB demuestra una completa indiferencia ante este hecho.
Es además desafortunado que la junta considere que la reciente acción legislativa sea “interferencia política”. Esto es un reflejo de la incapacidad de la FOMB para convertirse en una fuerza que impulse cambios constructivos y consenso después de ocho años de existencia. Más allá de las cifras, el objetivo último de una junta de supervisión es establecer un entorno fiscal constructivo, y la FOMB ha fallado gravemente respecto a cumplir este objetivo.
Según dispuesto en la Ley de Estabilidad Económica, Administración y Supervisión de Puerto Rico de 2016 (PROMESA, por sus siglas en inglés) la FOMB tiene poderes amplios para oponerse a la legislación de Puerto Rico que no se considere que sea cónsona con un plan fiscal aprobado. Es probable que la FOMB emplace en tribunales al gobierno de Puerto Rico con respecto a la situación.
Si la FOMB prevalece en una demanda y la compensación por medición neta se reduce significativamente, esto tendría un impacto devastador en el sector de energía solar instalada en los techos en Puerto Rico. El caso de California es un ejemplo que merece la pena analizar. En abril del 2023, California reformó su estructura de compensación para la medición neta al reducir dicha cifra entre un tercio hasta la mitad de la tarifa al menudeo. Las instalaciones nuevas se redujeron del 66 % al 83 % a lo largo de los diferentes territorios del servicio público en los primeros cinco meses después de que dicha política entró en vigor.
Si la FOMB prevalece, esto también adelantará los intereses de quienes desean que el futuro energético de Puerto Rico esté impulsado por gas natural y no por energías renovables.
La segunda mayor amenaza en el horizonte es el suplidor de gas natural New Fortress Energy. Además de suplirle gas natural a la planta de generación eléctrica de PREPA en San Juan y a generadores temporales instalados después del huracán Fiona, la subsidiaria New Fortress de Genera obtuvo un contrato en 2022 para operar todas las plantas de generación de PREPA durante 10 años. Esta decisión del gobierno de Puerto Rico de adjudicarle a un suplidor de gas el contrato para operar la mayor parte del sistema de generación de la isla, casi todo el cual está llegando al final de su vida útil, representa un importante conflicto de interés. Este hecho no se puede ignorar más.
En mayo de 2024, New Fortress les anunció a sus inversionistas que ve grandes oportunidades para venderle más gas natural a Puerto Rico. La compañía describió el futuro energético de la isla como uno impulsado principalmente por gas natural, “complementado” por energía solar y almacenaje.
Es aún más indignante ver las cifras que New Fortress presentó ante sus inversionistas. Si vemos con seriedad la cantidad de gas natural que la compañía dice tener la “oportunidad” de vender en Puerto Rico, el total superaría la generación actual de energía de la isla, la cual se espera que disminuya con el tiempo. Dicho de otro modo, New Fortress quiere que el futuro energético de Puerto Rico se base 100 % en gas. La compañía ya se encuentra haciendo trámites ante el Negociado de Energía de Puerto Rico para empezar a convertir a gas las plantas de generación eléctrica existentes.
En resumen, aunque la energía solar instalada en los techos ha sido una destacada historia de éxito en Puerto Rico durante los últimos años, proporcionando resiliencia a más de 100,000 hogares, el futuro energético de la isla sigue siendo objeto de intensas disputas.